La energía representa aproximadamente el 30% de los costes operativos en una empresa papelera. De esta forma, la optimización de los consumos y costes energéticos y de agua se ha convertido tradicionalmente en una constante del sector.

Este año confluyen varios factores que hacen que, en 2019, muchas empresas del sector estén dando especial atención a la gestión de los consumos energéticos. Elevados costes y volatilidad de los mercados energéticos; cambios legislativos en materia de autoconsumo y el estatuto de consumidores electrointensivos; la necesidad legal de renovar las auditorías energéticas relativas al RD 56/2016; y el incremento del coste de la celulosa. Todo ello ha hecho que la industria del papel mire con atención sus consumos energéticos como palanca de reducción de costes y mitigación de riesgos.

El año de 2018 cerró con costes eléctricos especialmente elevados, con una media del OMIE en más de 57 €/MWh eléctrico (www.omie.es), y unos 24 €/MWh en el caso del gas (www.mibgas.es). Este año ha empezado con una bajada en los mercados, pero el actual panorama geopolítico ya ha empezado a invertir la tendencia a la baja del barril de petróleo https://tradingeconomics.com/commodity/crude-oil, lo que a medio plazo podría influir en los precios de gas y electricidad a nivel doméstico.

Coste medio del MWh en España. www.omie.es. 2018 ha sido el año con los costes de mercado más elevados desde 2008.

Por otro lado, tenemos cambios normativos que hacen de 2019 un año especial a nivel energético. En primer lugar, la derogación del llamado “impuesto al sol” y la simplificación de los trámites administrativos para la instalación de energías renovables, aportando certidumbre y seguridad a los usuarios. Con esta nueva tesitura, el sector abre sus puertas a evaluar posibles inversiones de autoconsumo, como por ejemplo la instalación de paneles fotovoltaicos. Aunque pueda ser un paso positivo en la reducción de costes, dados los elevados consumos del sector, las instalaciones fotovoltaicas pueden cubrir una pequeña parte de éstos, con una rentabilidad en general reducida.

Otra medida legislativa que se espera materializar antes de julio de 2019 es el estatuto de consumidores electrointensivos. Con ello, el gobierno quiere dotar de un marco para compensar a las empresas con un elevado peso de la electricidad en sus costes y que presentan riesgo de pérdida de competitividad frente a las situadas en otros países. El objetivo sería situar el coste eléctrico en torno a 40 €/MWh que se pagan en otros países europeos frente a los 68 €/MWh actuales en España. Existen marcos legales similares ya vigentes en Alemania y Francia, donde se bonifican los peajes o existen exenciones en la fiscalidad. El Gobierno español quiere crear un marco similar al de estos países, ya que establecen condiciones ya aceptadas por la Comisión Europea. Se preparó un borrador preliminar pero ha sufrido importantes alegaciones por parte de la CNMC, al proponerse exenciones que se podrían considerar ayudas de Estado. Teniendo estas alegaciones en cuenta, el gobierno se comprometió a presentar un borrador definitivo a finales de junio. Disponer de un sistema de gestión ISO 50001 es un requisito en el borrador que presentó el Gobierno para acogerse a este estatuto.

En términos de gas natural, la industria española viene sufriendo también una merma de la competitividad, con precios hasta un 20% superiores a los competidores europeos. La presentación del RD Ley 1/2019 por el que se transfieren las competencias en peajes y retribuciones del sistema gasista a la CNMC, implicará la definición de un nuevo modelo retributivo que se espera implique una importante reducción de costes.

También en 2019 se espera que muchas empresas empiecen el proceso de renovación de auditorías energéticas. Según el RD 56/2016, mediante el cual se transpuso la Directiva Europea 2012/27/UE relativa a la eficiencia energética, cualquier empresa que no sea PYME debe someterse a una auditoría energética. Inicialmente se estableció el 15 de noviembre de 2016 como límite de realización de las auditorías energéticas. Hay que renovarlas cada 4 años, de forma que la nueva fecha límite es el 15 de noviembre de 2020. Atención, aquellas empresas que hicieran la auditoría antes de 15/11/2016 tendrán un plazo anterior, de forma que en los próximos meses muchas empresas deberán iniciar este proceso. Merece la pena destacar que si la empresa dispone de un sistema de gestión energética certificado en ISO 50001, se cumple con la obligación siempre y cuando dentro del sistema se efectúe una auditoría. Por ello, muchas empresas están optando por la implementación de un sistema de gestión energética certificado, yendo más allá de la auditoría energética.

Entrevista a César Nuez. Director Técnico de Cognit Paper.

P – En tu opinión, ¿cómo debe ser una auditoría energética?

Una auditoría energética debe como mínimo cumplir con los contenidos mínimos que marca la norma UNE-EN 16247. Más allá de esto, una auditoría de una fábrica de papel debe contar con propuestas de mejora factibles y compatibles con el proceso de producción. Una máquina de papel es un ente multivariable en el que todos los sistemas son interdependientes, por lo que es imprescindible que la empresa auditora tenga una visión global del proceso.

P – ¿Por qué una empresa implementaría un sistema de gestión energética frente a simplemente realizar una auditoría?

R – Una auditoría energética es como una foto fija en el tiempo. Da una idea de dónde gasta una empresa, pero no es una herramienta de mejora continua. Un sistema de gestión permite que se involucre al personal de fábrica y se trabaje en las líneas de mejora nacidas de la auditoría, y se vayan generando nuevas ideas. Por otro lado, disponer de un sistema certificado es uno de los requerimientos del borrador del estatuto de consumidores electrointensivos, lo que podría traducirse en importantes reducciones económicas.

P – ¿Qué complejidad y plazos puede conllevar la implementación de un sistema de gestión energética certificado?

R – Un sistema certificado suele ser implementado en entre 3 y 6 meses. En general, las empresas del sector papelero ya cuentan con bastante información de consumos, lo que simplifica la implantación. Son necesarias alrededor de 150 horas-hombre por parte de del personal interno de la empresa, de forma que es un proceso fácilmente asumible.

P – ¿Qué beneficios reporta disponer de un sistema de gestión energético?

Los ahorros energéticos quizás sean lo primero que una empresa busque con la implementación de un sistema de gestión, y en nuestra experiencia se logra entre 2 y 3%. Pero los beneficios generados van mucho más allá. Un sistema de gestión involucra al personal y genera claridad; permite que diferentes departamentos trabajen juntos alrededor de un único vector, hecho que frecuentemente genera beneficios paralelos que repercuten sobre la productividad de la empresa. La implantación de la norma que efectuamos lleva asociada un despliegue de indicadores que permiten un elevado grado de conocimiento de cada uno de los subprocesos en términos de desempeño energético.

P – ¿Qué ventajas competitivas tiene Cognit a la hora de implementar un sistema de gestión energética?

Al ser una empresa especializada en el sector del papel, hemos adaptado esta normativa a las necesidades específicas del sector, de forma que aseguramos que el sistema de gestión sea útil y aporte máximo valor a la empresa.

Nuestro trabajo no se centra solo en la parte documental, en la cual hemos desarrollado una estructura que simplifica enormemente dar cumplimiento a la obligación legal del RD 56/2016, sino que trabajamos ampliamente la parte operativa para maximizar el beneficio que el sistema aporta al cliente. Colaboramos además en la aplicación de herramientas digitales que, maximizando el uso que damos a los datos de los sistemas de información existentes, permiten diseñar cuadros de control energético adecuados a cada miembro de la organización y sus necesidades específicas.

Tenemos amplia experiencia además en hidroeficiencia industrial en el sector, de forma que hemos desarrollado un Sistema de Gestión Hídrica que puede ser implantado en paralelo con el Sistema de Gestión Energética, dadas las similitudes que existen entre ambos.